
El viernes pasado fui a la Arena Monterrey al que probablemente ha sido el mejor concierto al que he asistido en mi vida: Alive de Daft Punk. Los franchutes traen un espectáculo de luces buenísimo y al mismo tiempo escueto: una pantalla, unas retículas triangulares con luces y una pirámide con pantallas en las aristas en la que los tipos están metidos. La forma y coordinación de las imágenes del conjunto con el sonido, que por cierto se escuchaba muy bien (quién sabe cómo se habrá escuchado en el Palacio de los Rebotes), era increíble (añádase que como tardaron en salir al escenario, cuando salieron yo ya estaba bien jarra).
Cuando salí del concierto me puse a pensar que bien pude haber asistido a un "concierto artificial", puesto que el dueto sale al escenario con cascos, por lo que no tengo la certeza de si realmente eran Daft Punk, y la verdad en la pirámide no se alcanza a distinguir hasta qué grado están controlando la música y la iluminación... pero estuvo de poca. Me recordó la famosa prueba de Turing para la inteligencia artificial, que consiste en que al chatear con "alguien" no puedas decidir si es un ser humano o una máquina.
Cuando salí del concierto me puse a pensar que bien pude haber asistido a un "concierto artificial", puesto que el dueto sale al escenario con cascos, por lo que no tengo la certeza de si realmente eran Daft Punk, y la verdad en la pirámide no se alcanza a distinguir hasta qué grado están controlando la música y la iluminación... pero estuvo de poca. Me recordó la famosa prueba de Turing para la inteligencia artificial, que consiste en que al chatear con "alguien" no puedas decidir si es un ser humano o una máquina.
2 comentarios:
Daría un testículo por ir a un concierto de Daft Punk.
...Al menos un testículo de alguien más.
Alguien me dijo que tuvo una experiencia religiosa viendo la pirámide de Daft Punk. Tal parece que es un efecto algo generalizado.
Publicar un comentario